La mutación es una fuerza direccional de cambio de las frecuencias génicas.
La importancia de la mutación reside en que es la fuente última de la variabilidad genética que hace posible la evolución. Mediante la mutación unos elementos genéticos (alelos o cromosomas) se transforman en otros similares con funciones alternativas; estas variantes podrán reunirse mediante procesos de recombinación y, si suponen una alternativa interesante, serán seleccionadas por la selección natural.
Distintos mutantes de Drosophila melanogaster |
Un proceso de mutación no recurrente produce un mutante único. El cambio en la frecuencia génica es mínimo y su probabilidad de supervivencia es infinitesimal, salvo que esté favorecido por la selección natural.
Si la población es finita (aunque muy grande) y tiene tamaño N, la frecuencia a la que aparece el gen mutante es 1/2N , es decir, muy pequeña y, por débil que sea el proceso de deriva la probabilidad de que se pierda el gen es muy grande y aumenta con el paso de las generaciones.
En resumen, este tipo de mutación no produce cambios permanentes en la población (salvo que dichos mutantes se seleccionen artificialmente).
A continuación un ejemplo de una mutación:
Manzanas Royal Gala premium | Manzanas Royal Gala |
En este caso, el proceso de mutación ocurre sistemáticamente en cada generación con una frecuencia característica. En poblaciones grandes, la frecuencia del gen que muta nunca es tan baja como para que se pierda.
El efecto de la mutación sobre una población se denomina presión de mutación y provoca un cambio en frecuencia génica que tiene una dirección definida.
Distintas variedades de Auyamas |
La migración es un fuerza direccional de cambio de las frecuencias génicas.
El proceso de migración consiste en el intercambio de individuos reproductores entre poblaciones distintas que, en principio, tendrán distintas frecuencias génicas. El nombre que se da al proceso concreto de intercambio de individuos depende de la población de referencia. Cuando una población pierde individuos, porque pasan a otra población cercana, el proceso se llama emigración y cuando ésta misma población recibe reproductores de alguna población vecina el proceso se llama inmigración.
Como punto de partida, supongamos que estamos interesados en una población en la que se encuentra segregando un locus con dos alelos A1 y A2 a frecuencias p0 y q0. Esta población recibe, en cada generación, un grupo de inmigrantes, procedentes de una población vecina, en la cuál las frecuencias génicas de los alelos A1 y A2 son pm y qm, respectivamente; estos inmigrantes suponen un m por uno de los reproductores que darán lugar a la siguiente generación. Al parámetro m se le llama tasa de migración.